La Religión y el Sol de Justicia
Por Juan de Dios Simón.
Mi amiga gringa, recién visitó
Guatemala y está preparando un proyecto a favor de la participación y liderazgo
de jóvenes en Guatemala. En las diversas
conversaciones que tuvimos me di cuenta de que la chica que conocí en la OEA en
Washington DC, egresada de Yale University, había madurado, ahora es una profesional
completa, es una consultora internacional muy cotizada, que vive en Nairobi, Kenia, ha
vivido en Palestina y Costa Rica, ha viajado a Europa y a distintos estados de
los Estados Unidos, contribuyendo en diversos proyectos de desarrollo, que
posteriormente son defendidos por entidades que compiten por fondos de agencias
de cooperación internacional.
A mi sorpresa me contó que ya no cree en los fundamentos de Dios, a menos que haya prueba razonable. Que ahora es Agnóstica. ¿Por qué le dije? Si tu padre es un pastor evangélico reconocido en
Estados Unidos. Sí, pero, cada individuo
busca sus propias respuestas y verdades, ¡me contestó!. Que durante su juventud
tuvo diversas preguntas estructurales sobre la vida y la biblia; y que nunca
obtuvo respuestas satisfactorias, sino todo lo contrario, chocó ante ideas deterministas
que simplemente la hacían infeliz y mientras otras personas se divertían y tenían
libertad, ella se sentía esclavizada por la religión. Por una creencia que al final ha sido desafiada.
Me hizo recordar de otra persona cristiana que en algún
momento, vio a su madre enferma, y oró para que sanara, lloraba y lloraba y no
sanó, la madre murió, y entonces también pensó que quizá Dios estaba jugando
con las vidas humanas, y dejó de creer, se convirtió en ateo. En realidad ser ateo y ser agnóstico no son iguales, el primero niega la existencia de Dios o dioses, y el otro, solamente si por medio de la razón puede ser demostrable.
También me hizo recordar cuando en mi niñez y adolescencia,
yo le pregunté varias veces a Dios del por qué la guerra interna en Guatemala, ¿por
qué la pobreza extrema, las enfermedades?, y ¿por qué tantas viudas y huérfanos?
y ¿Qué culpa tenían los huérfanos de perder a sus padres, mientras sufrían mayores
niveles de exclusión y discriminación?.
Respuestas únicas no hay. La vida no siempre depende de las decisiones que uno toma, sino de lo que otras personas toman por uno. Recibí respuestas de que el responsable fue la guerra fría entre EEUU y la URSS hasta el racismo colonial de la élite guatemalteca; no obstante el elemento DIOS siempre estuvo presente, dentro de un "a pesar de todo". Para algunas personas la religión
es una estructura empresarial, jerárquico, y para otros es importante para dar
respuestas a nuestra experiencia interior.
Mientras para algunos “La
religión es el opio de los pueblos” como una vez lo dijo Karl Marx; para otros
la religión enseña a dialogar con Dios, con una comunidad de hermanos y con la naturaleza.
Por el desprestigio de las religiones, muchos defienden su fe en el marco de algo mas amplio, la espiritualidad.
Por el desprestigio de las religiones, muchos defienden su fe en el marco de algo mas amplio, la espiritualidad.
Al final, el tema de religión o religiones, me parece que se resume en creer en un creador, formador, Dios o no creer. Dios existe y se manifiesta, a la medida que
creemos y tenemos fe. Si no crees, el significado de la realidad es diferente y erróneamente piensas que la ciencia te dará respuestas a todo.
Somos producto de influencias familiares, comunidades y
experiencias individuales que nos pueden acercar más a un ser sobrenatural, o nos aleja de
él. A mi amiga, la comprendí, solo logré decirle que
siempre es bonito saber, que, en medio de la turbulencia emocional, problemas
personales o familiares, saber que alguien te ama, que alguien murió por amor por
ti, que te da fe, paz, y esperanza; es grandioso. Lógicamente, soy cristiano.
Recordé las filosofías de Foucault, Nietzche, Santayana, Rusell, Dawkins,
Chomsky y Feuerbach y sus bellos escritos. Esos libros enriquecen nuestros conocimientos para
mostrar que quizá no necesitemos de Dios y el significado que queremos darle
nosotros mismos a nuestras propias vidas, según estructuras y acciones humanas.
Pero, yo no soy ateo, ni agnóstico, porque para mí, la fundación de los
valores éticos y morales que tienen aplicación en mi vida, son válidos y vienen
de los fundamentos cristianos, de los 10 mandamientos y el amor de Jesucristo. Si saco a Dios en mi vida, para mí todo seria polvo y vanidad, ni sabría que es bueno y que es malo, porque la relatividad, no me convence. Y no seria moralmente responsable de nada.
Hace muchos años atrás, cuando yo andaba en las aldeas, trabajando
con comunidades pobres y excluidos, encontré mis respuestas. Vi como madres partían un huevo en dos, y en una tortilla caliente compartían conmigo. Vi como la solidaridad, el apoyo mutuo y el amor a la tierra que producían sus alimentos se materializaba en agradecimientos, en medio del sudor de sus frentes. Sentí caricias de la creación, vi a la gente feliz a pesar de su condición socio económica y decidí reafirmar mi fe en Dios. Ni bien llegó el internet, me recuerdo que abrí una cuenta en yahoo, recordando el
tema del himno de las hermanas Velásquez, Sol de Justicia. En ese entonces creí que tenía un sol que
alumbraba mi alma, sol que me dio paz y no añadió tristeza. Ese sol fue aquel que hace 2017 años dividió el calendario mundial, antes y después de él.