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Día internacional de la mujer indígena. Recordando los aportes de la mujer indígena maya guatemalteca.
Día internacional de la mujer indígena. Recordando los aportes de la mujer indígena maya guatemalteca.
Por
Juan de Dios Simón.
En
este día internacional de la mujer indígena, es recomendable recordar a
nuestras abuelas, desde Ixmukané, Ixpiyacoc, Ixquic, las creadoras quienes le
dieron contenido a nuestra humanidad de maíz hasta aquellas mujeres indígenas
que en la actualidad que, junto a su comunidad, padres, hijos y hermanos,
sufren exclusión, racismo, y a pesar de la pobreza económica defienden su
familia, su entorno y la vida de la madre naturaleza.
Muchos
de nosotros que hoy nos decimos profesionales, (y que tenemos algunos cartones)
iniciamos aprendiendo un idioma materno y comprendimos la esencia de nuestra
cosmovisión a través del lenguaje de nuestras madres, y de la misma madre
naturaleza. Los valores del respeto hacia el maíz, a los mayores, al agua, a la
sagrada tierra, valor de la palabra; y otros valores, en gran medida lo
atribuimos a nuestras madres indígenas mayas. Con sus pensamientos, sabiduría y
experiencia nos enriquecieron no solo explicando, sino viviendo con amor y
armonía con la naturaleza. Con sus trajes e indumentaria maya, diseños
inspirados en el universo (y no en el colonialismo) enfrentaron frontalmente el
racismo colonial, el monolingüismo y orgullosas con dignidad e integridad,
caminaron con sorprendente autoestima diciéndonos “ti k´oje a naoj” y el deseo
de ser “qa winaq”, que, a pesar de la exclusión, valoraron siempre la educación
comunitaria de sus hijos.
Fueron
las primeras en denunciar cuando las escuelas públicas asimilistas e
integracionistas del pasado, lejos de fortalecer la educación propia, despojaba la
identidad, los valores e imponía la castellanización como modelos dominantes
"superiores" y hoy fracasadas ante la evidencia de la pobreza,
exclusión y positivamente ante la lucha por los derechos humanos. Muchos olvidaron su lengua y aprendieron español, y siguieron en la miseria y la pobreza!. Fueron las
primeras, de denunciar el engaño, cuando haciendo cuentas (matemáticas) les
obligaban a rebajar costos a sus productos que vendían en los mercados
indígenas y los obligaban a poner su huella en tinta, para aceptar
transacciones poco transparentes, de muchos deshonestos. Fueron las primeras en
exigir que los servicios del Estado estén de conformidad con su idioma y
contextos porque no querían reproducir un estado excluyente., y que la justicia
no hable en idiomas indígenas. Fueron las primeras en estudiar el arco iris, la
matriz del universo y plasmar sus diseños y colores en los tejidos, y que
posteriormente se validaría con lo que hoy se conoce como Ixchel.
Hay mucho por hacer, porque aun la gran parte considerada de servidumbre y
madres adolescentes siguen siendo mujeres indígenas, producto de los resabios
de cientos de años de colonialismo con sus rancherías de indios,
repartimientos, trabajo forzado, comunismo y anticomunismo.
El
análisis y el desarrollo con identidad cultural y lingüística de los pueblos
indígenas en Guatemala, no se podrían explicar, sin un reconocimiento al
aporte, luchas, y sacrificios de todas esas mujeres indígenas de ayer y de hoy.
Llenarse de discursos sobre el buen vivir, vivir bien y la plenitud de la vida,
es vacío sin considerar el aporte de la mujer indígena a la filosofía de la
"pachamama", de la complementariedad y de la dualidad con respeto.
Las puertas y ventanas de oportunidades institucionales que hoy se abren en
Iximulew, dentro de un contexto multilingüe, multicultural como la naturaleza
de la nación guatemalteca, no podrían explicarse sin la gallardía ética de la
mujer indígena que junto a muchos de sus hijos, ahora aparecen en esferas
sociales, políticas y económicas diferenciadas.
En
este mes de septiembre, que coincide con fiestas de independencia, los jóvenes indígenas
deben recordar que el aporte de nuestras abuelas y madres siempre fue a favor
de la inclusión, del respeto y que nuestro país, deje de ser una patria de
pocos, y convertirse en una patria para todos.
Por
nuestras abuelas, madres, hermanas, hijas y nietas recordemos el trabajo
"ta wetamaj a samaj", legado cosmológico y cosmogónico de la
filosofía basada en la grandeza de la abuela luna, madre tierra, abuelo sol,
que junto a las demás estrellas nos invitan a permanecer en un mundo
espiritual, de búsqueda de equilibrios de las energías del cosmos, de la vida
por la vida, a pesar del consumismo y quizá sea el fundamento civilizatorio que
nos ayude a regresar a raíces de nuestro "kaslemal" la vida y quizá
para lograr nuestra propia sobrevivencia como especie.
Saludos wachalal...¿Jun
uk´ux ya? ¿makxajan?