martes, 9 de octubre de 2018

DÍA DE LA DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS


DÍA DE LA DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Por Juan de Dios Simón.

Es bueno recordar alegremente a los ancestros que amamos y a quienes se nos adelantaron en el caminar del universo porque de esa manera los valoramos y es una forma de materializar su permanencia en nuestra vida y cotidianidad.
La dignidad es para recordar, valorar y apreciar a los indígenas que, con su sudor en la frente, luchan honestamente cada día por el bienestar de su familia, para que sus hijos e hijas tengan valores, educación, tengan salud y tengan alimentos suficientes. El día de la dignidad NO es para algunos indígenas cooptados en algunas entidades nacionales e internacionales que están acomodados por sus “ingresos económicos” y sonríen alegremente por ser “indios permitidos” mientras sus pueblos sufren desnutrición crónica, pobreza y miseria. 
Se recuerda al hermano indígena que llegó a ser El Presidente de su país, que ha hecho crecer económica y socialmente a su país después de haber sufrido exclusión, racismo y discriminación. Se recuerda al huérfano y viuda sobreviviente de las injusticias, violencias, Masacres en la Selva y NO a los indígenas traidores de la cosmovisión, que en el pasado se llenaron la boca de hablar sobre la plenitud maya, física cuántica y de su historia de pueblos empobrecidos, hasta se dejaron crecer sus cabellos largos para enfatizar más en sus significados del “ser indígena”, lo comunitario y hablaban de los valores del respeto a los abuelos, del cosmos mientras aumentaban sus chequeras, y ahora son sirvientes burócratas, con jugosos salarios, silenciosos y silenciados por mafias, religiosos fundamentalistas y de la corrupción en el Estado; y la filosofía de vivir la “plenitud maya” en su administración burócrata, brilla por su ausencia.
Se dignifica al indígena que busca superarse cada día, que le brillan sus ojos al contar historias, al dar consejos hablando en su idioma a sus hijos e hijas, nietos y nietas. Al que con satisfacción come y bebe producto de su esfuerzo, al quien contempla la madre tierra, la cultiva, la cuida y protege. Se dignifica al indígena que abraza a los elementos de la naturaleza, y que conoce la proporción de lo necesario. El día de la dignidad, NO es para el indígena corrupto que dijo ser de la base comunitaria, llegó a ser diputado en el país, la comunidad depositó sus esperanzas en sus promesas, pero creó docenas de plazas laborales fantasmas, y el dinero cobrado por sueldos inexistentes, lo pasaba a su cuenta monetaria personal.
Es un día y año lindo para los indígenas que promueven cambios para mejorar el desarrollo económico, social, político e institucional de sus pueblos y de su país. Que, desde su participación en lo local, ya sea en COCODES, juntas escolares o comités de aldeas, caserío o cantones; analizan y proponen mejorar su comunidad, su país. El día de la dignidad, NO va para el indígena aculturizado graduado en EEUU de Albany, New York, que desde que llegó de regreso a Guatemala “Speaking English”, despreció y denunció el Convenio 169 de la OIT como algo satánico, y se posicionó como libertario para evitar la participación y consulta a pueblos indígenas.
En el día de la dignidad indígena, se recuerda con respeto y para muchos con lágrimas en los ojos, a los que sufrieron el robo de sus tierras comunales, que en nombre de la espada y la cruz fueron conquistados y colonizados hasta esclavizarlos. No bastó eso, sino también le robaron oro, plata y destruyeron sus lugares sagrados. También se recuerda a los que ofrendaron su vida por la paz en Guatemala, asesinados bajo la estrategia de “quitarle el agua al pez”, y sufrieron la decapitación de líderes comunitarios y campesinos en un Estado contrainsurgente. Se recuerda a los huesos de cientos de miles de indígenas, que, según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, INACIF y registros de ADN de investigaciones antropológicas forenses, “les quemaron con gasolina, niños fueron asesinados con machetes, mujeres embarazadas cortadas de un tajo para sacar a sus bebes”. A aquellos que “les voltearon las uñas con alicates, cortaron planta de pies para caminar sobre la sal, violaron miles de jóvenes y pusieron granadas debajo de familiares muertos, para que cuando los familiares levantaran a sus muertos explotaran”, según indicado en el Informe REHMI, también en la Comisión de Esclarecimiento Histórico, CEH y de videos filmados en vivo en Memorias del Viento. El día de la dignidad, NO es para los indígenas que contribuyeron a esas masacres, y se aprovecharon del dolor de miles de familias, y aumentaron sus bienes materiales en medio del negocio de la guerra. NO es para los indígenas que niegan que hubo violaciones de lesa humanidad y hacen caso omiso a las evidencias científicas.
El día de la dignidad, definitivamente NO es para ese indígena joven, inseguro e inexperto, proveniente de las tierras K'iche's, cegado del poder formal del Estado, (con carros, viáticos, cámaras y secretarias) que se alió con el partido de gobierno; se sintió “dios” nombrando a sus amigos en puestos claves y no le importó sentarse en la mesa de sindicados de genocidio, de narcotraficantes, sindicalistas blancos corruptos, fomentó el clientelismo antiético y expulsó en su administración a los que le hacían “sombra” y no aprobaron su corrupción. No es para las manzanas podridas, buscadores de rentas personales, camaleónicos, sino para aquellos que con su accionar, sus luchas y sus procesos históricos, siguen trabajando con dignidad e integridad. Hay miles de estudiantes y profesionales honestos que trabajan íntegramente para ganarse el sustento diario.
Celebración y dignidad a la población indígena del Abya Yala que ya no es analfabeta, que ahora tiene estudios, que conoce sus derechos y obligaciones, que tiene acceso a educación superior; que tiene mejores trabajos, es empresario justo, que paga impuestos, que puede autosostenerse con su familia sin las dádivas del Estado; tiene análisis y pensamiento crítico.
¡Recuerdo y dignidad! a los indígenas solidarios, íntegros que comparten su mensaje de lucha, de unidad continental, de lo común que busca un mejor futuro para las generaciones. ¡Recuerdo y dignidad! a quienes rechazan la violencia, buscan el respeto, la justicia, la paz. Pero el día de la dignidad indígena NO es para aquel indígena campesino quien fue capturado en el aeropuerto de Guatemala, queriendo sacar 15 mil dólares en efectivo, sin declarar, para Panamá y querer depositarlo en sus cuentas personales.
En el día de la dignidad indígena se recuerda a los valientes, que aman con honestidad a la madre tierra, a la Pachamama, al Loqolej ulew y que para ellos no es simple discurso. Se recuerda a quienes a través de las ceremonias nos conectan con el Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra. Se recuerda a quienes nos ven en el espejo del agua, del viento, del fuego y de la tierra.


Nos recordamos de quienes tienen una lucha permanente por la vida, para la vida, y desde la vida en todas sus dimensiones económicas, sociales, políticas, culturales, institucionales; y en lugar de dividirnos, luchan por la convivencia, la complementariedad, por una sociedad en paz, con desarrollo y bienestar. 

Celebramos por aquellos indígenas que saben escuchar a su conciencia, que escuchan a tiempo los consejos de los sabios y sabias, y que no apagan su razonamiento y no apagan su pensamiento como Adolf Eichman mientras "cumplía ordenes" en la maquinaria estatal Natzi y organizaba el holocausto para la exterminación de todo un pueblo. En el día de la dignidad indígena nos recordamos de la flor, de la semilla, de la sonrisa de los niños, niñas y de la esperanza para un mundo en equilibrio.  

Pa Tijob'al

En Mirador de Panajachel MA y SK.






martes, 20 de febrero de 2018

Indigenous peoples and education in Central and South America, and the Caribbean



Chapter IV

Indigenous peoples and education in Central and South America, and the Caribbean

Juan de Dios Simón Sotz (United Nations Consultant).

Introduction

According to the 2014 report on the objectives of Education for All (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, 2014), universal primary education has been partially achieved. However, the situation is different with respect to preschool and lower high school education. 

Indigenous children and youth have not met universal standards and they have encountered significant difficulties in accessing quality education. The lack of quality education results in higher grade repetition, desertion and dropout rates among indigenous children, especially among girls. In response, the region’s educational systems have partially incorporated indigenous peoples’ perspectives into the education system. There are two options in this regard: bilingual intercultural education offered by States and education from the indigenous perspective.

Based on 2010 census data, it is estimated that the indigenous population in the Latin American region was nearly 45 million (United Nations, Economic Commission for Latin America and the Caribbean, 2014a, p. 42), including 826 different indigenous peoples (ibid., p. 44).

Chandra Roy-Henriksen and Me, in the coctel at UNHQ. 
Officially, Mexico is the country that has the largest indigenous population (17 million, constituting 15 per cent of its total population), followed by Peru (7 million, constituting 24 per cent of its total population) (ibid., p. 43, table II.1). However, the countries with the largest proportion of indigenous peoples at the national level are Bolivia (Plurinational State of) (62.2 per cent, or 6.2 million), Guatemala (41 per cent, or 5.9 million people) and Peru (24 per cent) (ibid.). The proportion of the indigenous population in the total population of Chile, Ecuador, Honduras, Nicaragua and Panama ranges from 7 to 12 per cent (in Ecuador and Honduras, and Panama, respectively) (ibid.).


There is a greater recognition of indigenous rights in political discourse, laws and policies. However, despite progress made in the last two decades, the impact of five centuries of exclusion and discrimination has not been reversed. Hence, the human development levels of indigenous peoples still lag behind when considering the tridimensional measurements of (a) a long and healthy life, (b) education and (c) financial resources.


Public and Panelist dialogue.

Generally, indigenous peoples continue to be subjected to racism, to have minimal access to health care and to endure disproportionate levels of poverty.  Most rural indigenous peoples in Mesoamerica (e.g., the Garifuna, Lenca, Matagalpa, Miskito, Q´eqchi’, Tojolabal and Tzotzil peoples)), Amazonia (e.g., the Cofan, Shipibo, Siona and Záparo peoples), the Andes (e.g., the Aimara and Quechua peoples) and Chaco (e.g., the Chorotes, Mataco-Guaicuru and Tobas peoples) have neither a long and healthy life nor access to adequate education and financial resources. Indigenous exclusion in the region is related to ethnicity and gender; these factors reinforce each other with the result that indigenous peoples suffer from double exclusion and, in the case of women, even triple exclusion (United Nations Development Programme, 2005a). 
Indigenous women experience multiple forms of discrimination: not only do they often lack access to education, health care and ancestral lands, but they also face disproportionally high rates of poverty and are subjected to gender-based violence and sexual abuse, including within the contexts of trafficking and armed conflict (United Nations, Economic and Social Council, Permanent Forum on Indigenous Issues, 2009).


Listening to a question from a Latin American State representative. 

Press conference and interview with United Nations Radio
 In most Latin American and Caribbean countries, there has been an improvement in the educational levels of women which are now equal to or higher than those of men (InterAmerican Development Bank, 2010). For example, in Jamaica and Trinidad and Tobago, the Caribbean countries with the largest indigenous populations, the high school registration rates for women were higher than for men in 2009 (4 per cent and 7 per cent higher, respectively).  Nevertheless, in many indigenous communities, girls have higher dropout rates, as they are tasked, inter alia, with caring for younger siblings, providing help at home and fetching water and firewood. Some indigenous parents are of the view that it is sufficient for indigenous girls to know how to read and write (United Nations, Economic Commission for Latin America and the Caribbean, 2005).

Pictures with other Authors, Dr. Karla Williamson and Dr. O. Trujillo.

Moreover, indigenous girls face problems of discrimination, violence in schools and, sometimes, sexual assault, which also contribute to the high rate of dropping out of school (United Nations, Economic and Social Council, Permanent Forum on Indigenous Issues, 2009).

Although there has been some progress over the last 20 years, the vast majority of indigenous peoples, particularly indigenous women, are among the poorest and most discriminated against in the region.

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