martes, 17 de noviembre de 2015

Callejon sin salida a pesar de su belleza


Callejón sin salida a pesar de su belleza.

Por Juan de Dios Simón.  (inspirado por un caso real).  

Eres linda, eres hermosa, eres preciosa, un ser angelical que Dios dio al mundo para que los mortales te admiremos y veamos lo lindo de la creación del mundo. Voz linda, romántica y angelical al hablar, de vestimenta elegante y bien seleccionada, eso es lo que eres. De ojos claros, peinado especial y sonrisa hermosa. Desde hace años te vi elegida como reina de belleza en diferentes eventos. Se que te encanta la docencia.   

Inexplicablemente,  a tus años, a tu madurez, a tu sabiduría y a tu juicio, decides tomar una decisión de estar al lado de una persona, para pasar el resto de tus días con él.  Cualquiera diría, que maravilloso!,  que dicha!, que felicidad!, que grandioso!, celebrémoslo! pero en tu caso, en tus labios y sonrisa veo inseguridad y tristeza. Se profundiza cuando en tus ojos veo salir una lágrima, y se desliza en tu mejía.  Veo compromiso, lealtad pero no el amor que perdura hasta que la muerte te separe. ¿Estas segura que quieres casarte?

Me has contado que toca tus sentimientos no cumplir con tu futura familia, y dentro de tu marco espiritual, sabes que Dios no hace acepción de personas, y quieres hacer su voluntad. Quieres un matrimonio bendecido dentro de tu religión.  Aprecias a las personas que ven un ejemplo en ti, les sonríes a la futura familia extendida porque quieres tener su aceptación, quieres complacencia, pero pareciera que literalmente has decidido ya no luchar por tu felicidad, sino aceptar la presión social como un destino, como algo definido. En otros tiempos, no te importó el que dirán, o las lágrimas de otros, o el amor de otros, ahora parece que tus alas de ave libre, han sido cortadas.  Dices que ya es muy tarde!, a pesar de las voces que te alertan de los riesgos. Tu lo has convertido en algo muy tarde.

Quizá has aceptado las circunstancias en medio de la auto-culpabilidad.  Quizá por el Cura de la iglesia,  los anuncios de bodas, las fotos, quizá por los nuevos suegros, quizá porque no quieres herir a muchas personas, si decidieras de repente ya no seguir con el compromiso. Quizá porque en realidad y en broma, el ultimo vagón del tren esta por irse, y quieres subir en ella.   Quizá porque tu pueblo lindo pero que ahora sabes que es un infierno porque conoces a muchos y a ninguno a la vez.  Quizá porque lo quieres más de lo necesario. En fin, lo que sé es que cuando hablas de que te vas a casar, no lo haces con la alegría e ilusión que deberías hacerlo. No te veo con la alegría de escoger las flores, el anillo, tu vestimenta. No te veo con alegría elegir el pastel, la comida, y hacer la lista de invitados.  No te veo ilusionada sobre la recepción, sobre el lugar o la fecha del matrimonio. Pareciera que aceptas el compromiso por presión social y no porque tu corazón te lo dicte.  Dices que lo aprecias, que lo quieres, que has querido hacer la caridad de Dios, pero no estás seguro de amarlo.    

Yo, no creo en el determinismo sino en el libre albedrío, en las decisiones propias, y por eso me cuesta creer que estés en un callejón  sin salida.  Me cuesta creer que tu lucha y tu libertad de todos estos años, sea subestimada y cortada porque dices ya no tener salidas. Tienes miedo a las consecuencias del “que dirán” y del rechazo social si decides abandonar el compromiso. ¿Acaso han cortado tus alas y logrado colocarte en una jaula en la que no puedes salir?.  ¿Es su dinero, su fama o su prestigio lo que te preocupa?. Quizá no hay nada de eso.  

Te vas a caminar sin un destino existente,  vuelas sin altura, no te veo con las fuerzas, los ánimos y la motivación que se necesita.  Te vas a encadenar tu misma y buscas justificación para inmolarte, te pones los candados y tiras la llave para que nadie te desate y abra tus sentimientos.  Tu corazón salta porque hay una mezcla del compromiso legal y moral con lo que has hecho, y lo que has dicho; quieres amarrarte pero no sabes el tamaño de los  nudos, quieres ser feliz pero no con la persona que tu elegiste, sino con la persona que te eligió, y vas caminando, a veces corriendo y a veces desmayándote para quedar bien con los demás, pero me temo que no vas a quedar bien contigo misma.  Tu ser necesita un repensar, un despertar, porque tu sueño podría volverse una pesadilla.

¿A cuantas les está pasando lo mismo, que aceptan un compromiso porque la familia y los amigos de la sociedad le dicen que es lo correcto, o lo necesario, o lo bueno hacer?.   ¿Cuantas de tanto buscar en la vida, oportunidades y mas oportunidades, se dan cuenta que esto termina en un momento?.

Tus mejores momentos ¿ya pasaron?, no, lo creo.  ¿Quedaron tus alegrías y sonrisas cuando tú y tu madre eran lo único que importaba?  No, no lo creo.   El esfuerzo y la sabiduría de tu madre, es algo que siempre lo tendrás a tu lado.    Vivas con él o con tu madre, el amor puro e incondicional viene de tu madre.

Cuando alguien está enamorada hasta la piocha no le entra. Reina lo subjetivo y no lo racional. También cuando alguien está obsesionado, no hay objeto que lo pare, por eso, mis palabras no pretenden retroceder de lo que ya has determinado hacer. Lo que tienes que hacer, hazlo.   

El guión lo has preparado tu misma, los protagonistas están listos y la película lo veremos pronto. Los espectadores te aplaudiremos, sonreiremos contigo, pero me temo, que no todos lloraremos contigo. Tus lágrimas y tus tristezas los llevaras tu sola.   



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