Por Juan de Dios Simón
Diálogo I
Dialogando con funcionarios de la Procuraduría de Derechos Humanos
-PDH, sobre la Situación de la EBI en Guatemala: avances, estancamientos y
retrocesos.
Previo a las fiestas de fin de año de 2018, se realizó un diálogo técnico con el equipo ejecutivo y gerencial de la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH. Fue un diálogo respetuoso y de intercambio de ideas sobre el
presupuesto, la institucionalidad, la cobertura, modelo, alianzas
interinstitucionales, las políticas y estrategias vigentes. Un caso emblemático analizado fue el fallo de
la Corte de Constitucionalidad sobre la EBI en la Antigua Santa Catarina
Ixtahuacan. No todo está perdido, las
autoridades ancestrales han hecho valer el derecho a la educación de sus hijos en
su idioma y cultura; y el MINEDUC después de dos años de tener mesas técnicas sin
resultados, finalmente empieza a dar respuestas, ante un nuevo compromiso
del Ministro de Educación.
Además, se analizó los datos de la evaluación PISA-D del 2018. Los resultados de la evaluación nos reiteran
y reconfirman que la educación en Guatemala es de mala calidad, tiene baja
cobertura vertical y horizontal y con bajo desempeño de los estudiantes en
matemática, lectura y ciencias. En general, solo 1 de cada 10 estudiantes pasó
la evaluación de matemáticas básicas. Solo 3 de cada 10 estudiantes pasaron la
evaluación de lectura y de ciencias. Esta prueba es indicativa de su nivel de
desempeño y logro programado a sus 15 años.
La DIGEDUCA al hacer la evaluación de todos los graduandos en el 2017
también reportó, el agravamiento de resultados cuando se trató de estudiantes
indígenas. Solamente 2 de cada 10 indígenas pasaron lectura y escritura de
manera satisfactoria, pero en matemáticas 1 de cada 20 indígenas pasó la
evaluación estándar de manera satisfactoria -Maya 6%, Garífuna 2%, Xinka 2%-
(MINEDUC, 2017). Los graduandos de secundaria pertenecen a todos los centros
educativos de sectores; público, privado, por cooperativa y municipales.
“La inclusión y la justicia en
la educación requieren que todos los jóvenes tengan las mismas oportunidades
educativas reflejadas en mejores resultados, independientemente del sexo,
etnia, riqueza, educación o trabajo de sus padres”. “En términos generales, el
desempeño de los estudiantes de Guatemala está por debajo del desempeño de
estudiantes similares en los países de la OCDE, en todos los niveles del índice
ESCS” (PISA-D, Guatemala 2018).
Diálogo II
V Congreso Nacional sobre
Racismo y Discriminación. - CODISRA-. La Agenda de Desarrollo Sostenible al
2030.
El objetivo 4 de los ODS
indica que hay que garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad,
y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, para todos.
Este objetivo necesita
cuantificarse, se necesita saber cuánto costará el desarrollo, quienes lo van a
pagar y las metas deberán incorporarse en la agenda pública y política de
educación. La participación indígena en la agenda pública, agenda política y agenda
gubernamental es importante, y crucial para el posicionamiento político, la
adquisición de recursos económicos, legales, tecnológicos y talentos humanos.
El acceso, la calidad y
equidad de la educación pública y en particular de la niñez indígena guatemalteca
está en retroceso. A nivel de población estudiantil general, a inicios del 2016
había una cobertura en educación primaria del 82% y lamentablemente según
DIPLAN, en el 2018 estamos al 78.21%. Es decir, hemos retrocedido en cobertura.
Y en calidad según la DIGEDUCA, de los 148,842 graduandos evaluados a finales
del 2017, solo 3 de cada 10 pasaron satisfactoriamente la evaluación de lecto
escritura en español. Y en Matemática solo 1 de cada 10 pasó la evaluación.
Ahora ¿Cuántos indígenas escolarizados escriben, hablan, leen y conversan en
sus idiomas maternos en las aulas EBI?
La pertinencia cultural y
lingüística nunca será suficiente si se piensa sólo desde la oferta y no de la
problemática de la demanda educativa. Según ENCOVI 2014, hay 1,600,000 jóvenes
de 15 a 24 años, fuera del sistema educativo nacional. Es decir, los insumos de
calidad de formación docente, innovaciones, modelos EBI y materiales educativos
con pertinencia cultural y lingüística preparados desde la oferta no sirven
mucho, si los jóvenes están fuera del sistema educativo. Además, mientras no
exista un bilingüismo equilibrado en las aulas, esta competencia seguirá siendo
un reto para alcanzar por los docentes indígenas.
La educación debe
vincularse a competencias y valores útiles a lo largo de la vida y no solo para
el ámbito escolar, de lo contrario habrá permanente deserción, abandono y
consecuentemente migración irregular y riesgos en la vida de los jóvenes y
adolescentes indígenas. En el Altiplano Occidental, muchos desertan por falta
de ingresos económicos, inicio de familia y por el mal clima educativo.
Algunas interrogantes
para las sesiones de reflexión: ¿Es realista pensar en que lograremos la
educación secundaria para todos al 2,030? Nos queda sólo 12 años. ¿Podremos
superar la pobreza extrema y la desnutrición crónica, que hace que, de cada 10
niños indígenas menores de 5 años, 4 estén desnutridos? La educación debe
contribuir para el desarrollo económico, político, social e institucional de
los pueblos indígenas, y en particular, según las metas al 2,030, cada uno de
los indígenas debe tener una vida larga y saludable, calidad educativa, y tener
ingresos económicos necesarios (PNUD, 2016).
Si no hay cambios
estructurales y decisión prioritaria a favor de la educación de los más
carentes, excluidos y vulnerables, parece que llegará diciembre del 2,030 y
Guatemala nuevamente en su evaluación internacional podrá decir, que no
cumplió. El aumento de inversión
financiera a la educación indígena es necesario, pero necesita mayor
transparencia y rendición de cuentas. La palabra lo tienen las siguientes tres
administraciones de gobierno y las entidades del sistema corporativista de
gobierno (Congreso y grupos de interés), porque allí es donde se decide parte
importante del presupuesto, los marcos legales y los recursos humanos. Siempre
estaremos ante "el ser", y "el deber ser".
Un análisis de la
praxeología con la axiología educativa es necesario. Ya tenemos normativa y
marcos legales sobre bilingüismo e interculturalidad, derechos culturales,
derechos lingüísticos, derechos colectivos, modelo EBI pero lo que falta es cumplirla con
presupuesto, voluntad política y que los indígenas ya no tengan tantas barreras
en el acceso a una educación de calidad, y que sean protagonistas de su propio
desarrollo.
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