domingo, 26 de abril de 2020

¿De regreso a la Escuela? Pandemia COVID-19.




Sugerencias al Ministerio de Educación sobre la evaluación diagnóstica al reanudar las clases presenciales.

¿De regreso a la Escuela?

Por Juan de Dios Simón

O se regresa a la escuela antes de la segunda quincena de Junio o habrá que planificar la educación a distancia por el resto del año escolar.

La propuesta del Mineduc está basada en el escenario de que el Coronavirus pronto estará bajo control, y bajo la hipótesis de que pronto la niñez regresará a las clases presenciales y hacer una evaluación diagnóstica para que el docente pueda hacer una valoración del aprendizaje del estudiante durante el COVID-19, y luego hacer un plan para fortalecer áreas poco desarrollados para lograr las competencias. Desde un marco teórico y estratégico parece bien intencionada, ya que pretende fortalecer competencias mínimas en matemáticas y lectoescritura según el CNB. No obstante, el Sistema Educativo debe estar preparado en aceptar el costo de oportunidad de haber bajado la calidad en los aprendizajes a cambio de haber preservado la vida, la salud y la seguridad de la niñez, durante una de las peores pandemias de la historia. Muchos padres preferirán proteger a sus hijos antes que mandarlos de regreso a clases, y exponerlos a contagios en una etapa de recuperación.

El énfasis para los docentes debe ser en la característica flexible del currículo. Ya que, después de décadas, el hecho educativo se hizo desde y para las casas, y no estuvo pensado hacerlo en el aula. La Reforma Educativa era tratar de hacer cambios en el aula, pero el COVID-19 nos enseñó que la educación desde la casa y a distancia es necesaria. La primera escuela, sigue siendo la casa, sin importar el nivel educativo. La competencia para la vida altamente lograda en casa fue conservar el entorno natural y la salud individual, familiar y colectiva.

La evaluación debe incorporar los estándares de oportunidad que tuvieron los estudiantes. Lo importante en la propuesta del Mineduc debe ser la valoración cualitativa del diagnóstico antes que la cuantitativa de asignar punteos a los avances de los niños, ya que lo importante es que la niñez regrese a las clases con el menor trauma posible, y no crear incentivos perversos para la deserción y abandono. Durante el COVID-19 muchos niños y en particular niñas tuvieron brechas de oportunidades. Cuidaron hermanitos, se enfrentaron a situaciones de estrés, depresión, violencia y contribuyeron con otros trabajos propios de la casa, y lo que debemos de hacer es evitar la deserción y abandono, particularmente de la niña. No se debe revictimizar a quienes tuvieron dificultades de acceso a su derecho a la educación.

Los factores asociados a distancia, pérdida de empleos de los padres, violencia intrafamiliar, falta de acceso a radio, tv o internet pueden influir negativamente en los resultados educativos de la niñez; por eso, el enfoque del Mineduc debe ser que a pesar de condiciones difíciles se pudo avanzar. Se logró mínimamente organizarse para la alimentación escolar, buscar educación a distancia, generar guías de autoaprendizaje, preservar la vida, la salud y seguridad de los niños. El error sería enfocarse sólo en contenidos de aprendizajes porque los docentes se pueden llevar mucha frustración, ya que se conoce de casos de familias que, al no tener una computadora, tampoco pudieron bajar las guías de autoaprendizaje y los documentos de la plataforma del Ministerio de Educación. Las guías de autoaprendizaje en idiomas mayas no llegaron a las casas de la niñez indígena; y todo eso repercutirá en los resultados de aprendizaje, por lo que se recomienda al Mineduc que el énfasis no debe ser solamente en el aprendizaje sino valorar que, a pesar de toda la emergencia y psicosis, se logró avanzar al logro de las competencias.

La emergencia y la calamidad producida por el COVID-19 vino a mostrar las falencias y lo vulnerable de nuestro sistema educativo del sector público guatemalteco. Los únicos que lograron avanzar en dar clases, hacer tareas y llevar secuencias pedagógicas fueron los colegios privados de prestigio que ya trabajaban en plataforma, y que los niños ya tenían una tableta, con internet.

La evaluación diagnóstica debe dejarnos un aprendizaje institucional y la potencialidad de trabajo en el futuro, aceptando los costos de oportunidad. Se creó una gran oportunidad para el Mineduc durante el COVID-19 la cual fue pensar en modelos alternativos, (Aprendo en Casa). Ahora se necesita construir y fortalecer la educación a distancia y con modalidad virtual y semi presencial (no como el desnutrido programa de PRONEA) sino una verdadera educación a distancia con calidad, presupuesto, tecnología, marco legal fuerte y sobre todo personal de tutoría especializado, tal como se había estructurado en la propuesta del Instituto Nacional de Educación Alternativa; (INEA) pero que quedó archivado en alguna gaveta de papeles de la administración anterior.

Mientras se planifica para las clases presenciales, de hoy en adelante, hay que seguir trabajando para ampliar las Tecnologías para la Información y Comunicación, TIC como herramientas para el proceso pedagógico. Ojalá se regrese a las clases en junio, pero si no, hay que prepararse para terminar el ciclo escolar con modalidad a distancia. La vida, la salud y la seguridad es primero antes que terminar presencialmente un ciclo escolar. 


miércoles, 1 de abril de 2020

Llamado a la reflexión y a la acción en medio del temor.


Llamado a la reflexión y a la acción en medio del temor.

Por Juan de Dios Simón

Como especie humana, nos sentíamos invencibles pero la pandemia del COVID-19 nos hizo recordar que somos vulnerables. En China murieron más de 3 mil personas. En Guayaquil, Ecuador, piden ayuda para enterrar a decenas de cadáveres que están tirados en las calles. En Italia hay más de 12 mil muertos, cada día mueren centenares de personas y ya no hay espacio para cremar a los muertos, están buscando fosas comunes. En España el sistema de salud ha colapsado, hay más de 8 mil muertos, se está decidiendo sacrificar a los mayores de edad para salvar a la población joven. Estados Unidos tiene más de tres mil muertos, anuncia prepararse porque en el mes de abril podría haber entre 100 mil a 240 mil muertos por Coronavirus. En el Vaticano, 28 sacerdotes y 2 Cardenales han muerto, y varios han decidido morir y donar respiradores a pacientes más jóvenes. Miles de contagios siguen aumentando, y las familias de los fallecidos con profundo dolor y llanto.

Las dos economías más grandes del mundo EE.UU. y Europa empiezan a sentir el colapso, miles de trabajadores pierden su trabajo, micro empresas ahogándose, el vendedor ambulante con autoempleo no puede vender sus productos. No hay arma atómica, química o nuclear capaz de pelear con este nuevo enemigo; un virus. El Coronavirus no ve posición social, ni cultura, ni lengua, ni sexo, ni religión. Actores de cine, millonarios muriendo, el Príncipe de Inglaterra ha sido apartado porque tiene Coronavirus. Placido Domingo casi se muere en México; esto a pesar de la realidad que en todos los desastres naturales el ciudadano pobre de escasos recursos siempre es quien pierde más, porque se agrega su situación de hambre, falta de agua, falta de drenajes, falta de jabón y alcohol en gel.

Algo jamás visto y solo comparable con películas de terror; las personas en casa se sienten en prisión por su propia seguridad, aeropuertos cerrados, fronteras restringidas, estadios de futbol cerrados, campeonatos mundiales y juegos olímpicos reprogramados. El Papa en la plaza de San Pedro haciendo misa solo y ante una enorme pantalla; las grandes concentraciones evangelistas reducidas a hablar en redes sociales. No hay reuniones, talleres o grandes concentraciones de personas. Millones de padres de familia, de una semana a otro fueron confinados en casa, buscando alternativas para educar a sus hijos y al mismo tiempo tener ingresos. Las instituciones de derechos humanos alarmados y abogando para que en los hogares no existan mas violencia ni des-protección a la niñez debido al aumento de estrés, angustia y por la depresión.

Mientras tanto, al ver por las ventanas se observa a la naturaleza más verde, los ríos menos contaminados, los pájaros y animales mas libres y cantando. El virus está matando a humanos, pero por lo extraño que parezca, no hay evidencia que este matando al mundo diverso y vivo de la naturaleza. ¿Estamos escuchando el mensaje del cosmos y de la naturaleza?


Es un momento de reflexión para la zona de confort de la especie humana. Momentos de reflexión y de reacción es necesaria; nada será igual después del Coronavirus. Abundan los slogans de que “Juntos saldremos adelante”, “Superaremos los obstáculos”; y con recomendaciones prácticas y efectivas como el distanciamiento social y el lavado de manos con solidaridad; pero muy dentro del corazón de muchos, anhelan ver una intervención que rompa las leyes físicas y naturales, “un milagro”.

Se buscan respuestas desde la ciencia, la política, desde la filosofía, desde las religiones y hay muchas explicaciones de donde surgió, que consecuencias tendrá el virus, pero casi todo son probabilidades y posibilidades. El mundo está en caos, hay miedo multiplicado por los medios de comunicación al ver imágenes apocalípticas y lo que prevalece es la realidad; de levantarnos todos los días, ver a nuestras familias, ver nuestras finanzas, recibos que pagar y decir un día más; protejámonos y cuidémonos.

Los ateos tendrán sus explicaciones y respuestas ante este caos; pero quienes tenemos la libertad de creer en la revelación divina sabemos que el Todopoderoso habla por medio de la naturaleza, el universo y en situaciones como las actuales. Es hora de escuchar esa voz del Todo, del creador y formador del Todo, del Dios de Spinoza y Einstein “Todo es Dios, que se revela a través del universo” y regresemos a las bases de nuestra propia existencia.

El combate del COVID 19, y todos los tipos de Coronavirus no podrán ser eliminados si no cambiamos nuestra prácticas ordinarias de Darwinismo social. Esta pandemia no aparece en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030; y es un momento para reprogramar y redireccionar nuestros esfuerzos y recursos para que a nivel planetario, y actuando desde lo local, podamos contribuir al desarrollo espiritual (subjetiva), material y relacional de todos; con la conciencia clara de que somos parte de un Todo; que vivimos en un planeta con interdependencia y que lo que ocurra en EEUU, o en China, más temprano que tarde, nos afectará en nuestras aldeas y caseríos.
¿Tomaremos la pandemia del Coronavirus en serio? O solo reaccionaremos cuando nuestros seres queridos mueran y no podamos darle una sepultura digna. De nosotros depende escuchar la voz de la conciencia







Tomado de Free Copyright. 

Tomado de Free Copyright.