CAPÍTULO I: La praxeología y la axiología, meritocracia en la
administración pública del gobierno del Dr.
Bernardo Arévalo.
Por Juan de Dios Simón.
La relación entre praxeología y la axiología, en palabras
simples, es la relación de lo que es, versus lo que debería ser.
Desde la base de la praxeología política, se identifican algunos
oportunistas que subordinan sus principios de siempre y se hacen
presentes. Al escuchar que el Dr.
Arévalo ganó la presidencia de la República de Guatemala para el periodo
2024-2028, y que por fin el TSE validó y confirmó al binomio presidencial, muchos
cambiaron su logo partidista y son tránsfugas declarados. Quienes tenían una
gorra y chaleco de los partidos UNE, FCN Nación, VIVA, VAMOS, VALOR, CABAL, MLP
o públicamente excolaboradoras de Roxana Baldetti, ahora parecen estar convertidos
y reciclados. Corean el nombre de “Si se
pudo”, y “El pueblo presente, ya tiene presidente” haciendo alusión al ganador
del Movimiento Semilla. Argumentan para sí
mismos, que los partidos políticos solo son vehículos para llegar al poder, y
que los intereses o conveniencias personales, son legítimas cuando se trata de tener
una cuota de poder. Se olvidan, que la población se hartó y
repudió en las urnas a la política tradicional basada en la corrupción, el clientelismo
y que los intereses personales deben sujetarse a la búsqueda del bien común. Que muchos y muchas ya no quieren ser escalera
para que otros, pisoteándoles lleguen a puestos de toma de decisión.
Muchos afiliados y simpatizantes del partido ganador, me
consta, sí estuvieron en las calles, creyeron en la propuesta política, se
desvelaron trabajando a favor del partido, utilizaron su gasolina, pusieron a
disposición sus vehículos, defendieron el voto como fiscales y de manera
coherente, votaron ellos y sus familias, por el binomio ganador. Muchos pusieron el pecho y la cara, a pesar de
amenazas, que se escuchaban órdenes de captura o cancelación del partido. Los
afiliados y simpatizantes no deben ser olvidados.
Entonces ¿Solo los del partido Semilla deberían
gobernar? No, porque ahora representan a
toda Guatemala. El Dr. Arévalo representa la unidad nacional. Desde el punto de vista de la axiología, se
necesita de la experiencia, conocimiento, y compromisos de muchos y muchas
guatemaltecas institucionalistas; que saben que los cambios son graduales y que
las banderas partidistas desaparecen y deben ser en función del mejor interés y
bien común para Guatemala. Sean del partido
Semilla o no, lo que será necesario es que pasen un lente ético para que no
tengan conflicto de intereses cuando se trate de combatir la corrupción.
En ese marco, y del “deber ser”, será importante que en el
nuevo gabinete de gobierno (ministros, viceministros, directores generales,
embajadas y secretarias) y en los puestos clave de confianza a nombrarse a
nivel de los departamentos (territorial), se vea reflejada la voluntad de
transformar el país, y eso pasa por implementar un proceso meritocrático
basados en las capacidades, habilidades y actitudes del talento humano. A pesar
de las críticas existentes al concepto de meritocracia en la selección del
talento humano, esta sigue siendo válida a partir de que no se escoge a alguien
por su religión, por clase social y económica; sino se escoge a alguien por sus
capacidades demostradas, y su compromiso de servicio al país.
Otro tema importante, es la composición de los servidores
públicos tanto a nivel administrativo como político, esta debe reflejar la fotografía
de la diversidad cultural y lingüística de Guatemala, a través de la
incorporación meritocrática de profesionales indígenas y de los cuatro pueblos
y de las 25 comunidades lingüísticas en la administración pública (22 mayas, garífuna,
xinka y el español). Nunca ha sido
estratégico hablar por y para los indígenas, sin la participación de estos. Para ello, se deberá revisar, transformar y
revitalizar el gabinete indígena creado desde el año 2014.
La Ley del Servicio Civil de la ONSEC, deberá reformarse;
mientras esto pasa, se deben considerar los criterios éticos, experiencia,
formación y compromiso de cada profesional y particularmente tener cero
tolerancias contra la corrupción, abuso de poder, racismo y la discriminación. La meritocracia significa que no por ser joven,
o por ser mujer, o por profesar alguna religión, haya necesidad de darle
cargos, con excepción cuando se necesite de acción afirmativa para la igualdad
de oportunidades. La decisión es técnica y política. Debe poseer las capacidades y la ética
profesional correspondiente al puesto de trabajo en la administración pública;
y que se comprometa a promover la política gubernamental mayoritariamente
aceptada con la esperanza de una nueva primavera a favor de los más excluidos,
carentes y vulnerables, y que fue votada en las elecciones generales.
¿Quiénes NO deberían
ser parte del gobierno del Dr. Arévalo?
En lugar de dar un listado de profesionales que deberían
estar en los puestos del gobierno del Dr. Arévalo, mejor propongo cuatro
criterios por exclusión. Los criterios
de exclusión mencionan las características específicas de los/las candidatas
que la hacen inelegible para un cargo de administración pública y de un cargo
político.
1.
No
deben ser del poder ejecutivo, del Dr. Arévalo aquellos que tuvieron cargos de
ministros y viceministros en gobiernos catalogados de corruptos, y que, con sus
decisiones sobre personal, presupuesto y programas, demostraron claro conflicto
de intereses, falta de ética y fueron cómplices de la corrupción. Muchos y muchas de estos se están comportando
como camaleones impulsados solo por sus intereses.
2.
No
a quienes tienen procesos penales y no presenten un certificado de RENAS. Con carencia de antecedentes penales se puede
evitar a personas que como aquel funcionario corrupto de Sololá que dijo ser de
la base comunitaria, llegó a un cargo alto, pero creó docenas de plazas
laborales fantasmas, y el dinero cobrado por sueldos inexistentes, lo pasaba a
su cuenta monetaria personal. Fue juzgado por los tribunales de justicia. El
RENAS es el certificado del Registro Nacional de Agresores Sexuales, y quienes
tengan algún proceso, mejor prevenirlo, principalmente si trabaja con niñez,
adolescencia y juventud.
3.
No
deberían ser parte de este gobierno, -a los buscadores de rentas-, aquellos que
solo buscan negociar con el Estado, aquellos que buscan el poder del Estado
para control, tener privilegios y beneficio personal. Aunque este criterio es más subjetivo, no obstante,
las razones equivocadas de estar en el poder son por apoyar empresas personales
y apalancar legal y económicamente a empresas personales, tener un buen
salario, carro y gasolina gratis, viáticos, cámaras, asistentes y choferes
gratis. Este proceder -de despilfarro- ofende
a la población que gana el salario mínimo, que no tiene comida, que no tiene
medicina y que busca oportunidades de desarrollo en el país.
4.
No
a “charlatanes” que vienen del tráfico de influencia y quienes no tienen
competencias, habilidades y actitudes de servicio público. Aquí se incluyen a aquellos hijos e hijas, de
diputados, clase económica alta, gobernadores y ministros que -por referencia y
negociación- presionan a la contratación de familiares a puestos en el gobierno,
pero son completamente incompetentes en su función. Los charlatanes no conocen el país, y a veces
no saben ni manejar una computadora. Se
deben seleccionar a las personas no en función de influencia política,
económica y social, sino por méritos; tales como los formados y con experiencia
que vienen de la Escuela de Gobierno, programas de gestión pública o de prestigiosas
universidades nacionales y extranjeras, que quieren servir, pero al no tener
oportunidades meritocráticas; no participan y no contribuyen con su
especialidad.
Desde nuestra trinchera proponemos la inclusión de profesionales
idóneos. Esperamos contribuir con la
conformación del talento humano y transformar la forma de hacer política en
Guatemala.
Ojalá se concrete la voluntad política ofrecida del combate a
la corrupción, de lo contrario se hará lo mismo, y los resultados no cambiarán.
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